CIRCUS MAXIMUS EN FORO INDIE ROCKS CDMX
Edición y fotos por Carlos Ramírez, articulo colaboración de Leslye Arredondo,
La banda noruega de metal progresivo con tintes de power, caracterizada por la potente voz de Michael Eriksen, preparó un banquete digno de su primera presentación en México.
Con cuatro álbums de estudio, una gira a lo largo de 2007 y 2008 con la icónica banda americana Symphony X y otra fuerte representante de las filas de este género, Circus Maximus conectó con su estilo pulcro, brutal sin rayar en lo pesado, armónico y atmosférico por los matices que adornan los arreglos de teclado y voces, sensible y humano en letras de sus canciones, pues logran trasmitir muy bien las emociones y un mensaje directo a los oídos de cualquiera que las escuche, ya que a pesar de ser un género complejo, es inevitable dejarse llevar entre los cambios de ritmo, los riffs y baterías inmejorables.
Gran sabor de boca dejó “EKOS”, banda que abrió el concierto y que con la media hora a su cargo demostraron su virtuosismo y talento, —con el plus de ver a una mujer en escena tras el teclado, haciendo más sorpresiva la participación de la banda—, consiguieron la afinidad del público, que respondió con aplausos, gritos y caras de incredulidad. Algo ya poco visto en el argot metalero.
A la voz de ¡circus, circus!, vino la oscuridad y la expectativa crecía. La ansiedad se prolongaba y las primeras notas de “FORGING”, primera canción de su tercer álbum “NINE”, sirvió de aperitivo para el famoso riff del intro de “NAMASTE”, canción esperadísima, cantada a todo pulmón por los asistentes y todos los miembros de la banda, que desde que salieron a escena, se mostraron impactados por la cantidad de personas. La vibra y energía que el público les contagiaba entre cada salto y verso de la pieza, fue una merecida bienvenida, como sólo en México lo hacemos.
En perfecta dupla: “A DARKENED MIND”, primer canción de su segunda producción “ISOLATE” y “SIN”, primera también, pero de “THE 1ST CHAPTER” su álbum debut, despejaron de dos brutales golpes nuestras dudas respecto al setlist, se dejaron ver dos escalones importantes en su carrera y la evolución de su sonido. El público asistente respondió como se debe, no hubo uno solo que no cantara y se emocionara.
“HAVOK” llegó, y aunque creí que los ánimos bajarían, solo fue un buen aperitivo para los grandes platillos de la noche: “GLORY OF THE EMPIRE” seguida de “ARRIVAL OF LOVE”. fue un momento épico y conmovedor, la tensión de la línea de bajo de Glen Cato en el intro de “HIGHEST BITTER”, —la inesperada del repertorio—. Sencilla, con un bit más relajado, que conserva la esencia de la envoltura casi cinematográfica en de sus arreglos, al igual que “ARCHITECT OF FORTUNE”.
Vino lo brutal, la poderosa entrada de batería de “ABYSS”, el punto de vinculación total entre el público y la banda se hizo presente, respondíamos a la voz de Eriksen, con la misma intención y feeling que él al interpretarla, matas agitándose, guitarras y teclados al aire coronaban la conexión entre la banda y el público.
El sintetizador y el motivo musical de "I AM" hicieron enloquecer a más de uno, al entonar dicha rola, se pudó escuchar entre las voces, los gritos y la adrenalina, la unión de energías por fin descargadas.
“ULTIMATE SACRIFICE”, La última canción del “ISOLATE”, se vertía en la copa de la interpretación más fina. Debo mencionar que nunca vi un signo de cansancio en la banda, puedo jurar que estaban más felices y satisfechos que nosotros.
El agudo y lento comienzo de “CHIVALRY”, una de las composiciones mejor realizadas de su última producción, que aprovecha Eriksen para sacar sus mejores recursos vocales como la voz media y el matiz de las notas graves, ya sonaba a despedida anticipada. Uniendo las voces de los asistentes, acompañado del arreglo de Mats, fue el minuto y medio más bello del concierto.
“A GAME OF LIFE”. Indescriptible, que ya dejaba entrever el mejor postre que la banda tenía preparado, esta canción tiene todo para ser el cierre perfecto, y qué decir del mensaje en ella… Would you live with it or let it go?
Así, con la mezcla de todo, la banda se despidió del escenario pero no del público, a nosotros nos tenían algo mejor como la foto al estilo de los jugadores de futbol que se abrazan con la audiencia sin control en el fondo.
Eriksen anunció que se tomarían un descanso de diez minutos y saldrían a saludarnos. Rompiendo el protocolo la valla metal que nos dividía, nos encontramos de frente, y la obligada foto y autógrafo, Definitivamente, ha sido y será una noche que muchos catalogamos como uno de los mejores conciertos que hemos vivido. ¡Eyescream la está rompiendo!
