Arielle, Dance Gavin Dance y Crown The Empire
CDMX | 28 marzo 2017| Reseña y fotografías por Leslye Arredondo | EDICION POR DIEGO PÉREZ |
De la noche del sábado en El Plaza Condesa hay tela de dónde cortar. Quizá la expectativa de la presentación de Crown The Empire y Dance Gavin Dance —tras hacer esperar a los fans un mes más—, creció bastante y desde la entrada, se podía percibir esa ansiedad por soltar toda la emoción contenida.
Para abrir los sentidos, la producción de Eyescream se lució con la banda invitada: Arielle. Estos muchachos de Satélite sí que saben cómo trasmitir el tan característico poder del hardcore en el escenario. Tienen un dominio excelente de sus recursos como músicos y logran en cuestión de segundos, captar la atención del público llevándolos al límite con los breakdowns de sus potentes rolas. La dupla de vocalistas manejando growls y voces limpias combinado de una interpretación visceral donde la cercanía con el público es vital, impresiona cañón y es inevitable moverse, brincar y matear. Los arreglos de sintetizadores le agregan valor a sus composiciones, elemento que brilló gracias a la excelente ecualización del sonido y a una pulcra ejecución de todos los miembros.
¿Qué decir de los solos de guitarra y bajo? ¿Del doble bombo y los precisos remates de su baterista? ¿De la revolución imparable de los movimientos escénicos de todos sus integrantes? Arielle son la clara muestra de que en México hay talento, dedicación y seriedad. Si da gusto ver shows así de fregones; a una banda tan amalgamada y bien plantada que sin poses ni pretensiones, la rompieron durísimo al inicio del concierto.
Después de la dosis de brutalidad, llegó el turno de Dance Gavin Dance. Se tomaron su tiempo que para salir al escenario y ajustar de nuevo sus instrumentos, lo que demuestra el profesionalismo de la banda. Se les veía serios y concentrados, tal vez por ello el click con el público no fue inmediato, pero en cuanto se liberaron de esa rigidez y comenzaron a hacer lo suyo, resultó de lujo.
La fórmula Tilian Pearson + Jon Mess se funde en tus oídos y hacen que la complejidad de sus líneas vocales se aligere, ya que el registro agudo de Tilian Pearson es muy bien equilibrado por el estilo de growl melódico de Jon Mess. Young Robot tiene un ritmo tan pegajoso, que Tilian se dejó llevar y tradujo ese erotismo musical en los contoneos de cadera y gestos sensuales que provocaron la gritadera hormonal de las fans, que casi igualaban sus geniales agudos. Betrayed by the Game es la canción en la que se puede apreciar al máximo su sello: sorprendentes fraseos, armonía fresca con aires poperos, el groove funk del bajo sin dejar de lado las particularidades sonoras del post-hardcore en las brillantes distorsiones de las guitarras y la polaridad musical que se puede percibir en la mayoría de sus rolas, que van desde lo cheesy hasta lo agresivo. Al cerrar con Inspire the Liars abandonaron el escenario de volada. Creo que a todos nos hubiera encantado ver a Dance Gavin Dance entregarse más a sus fans y no solo a su música, pero a pesar de no haber interactuado tanto con el público y estar muy metidos en su rollo, dieron buen show.
En medio del montaje de la escenografía de los estelares, se escuchaba el corito aclamando su salida. Crown the Empire es una de las bandas más genuinas y creativas —hablando desde la arista escénica— que he visto actuar. Su sencillez crea empatía con la gente y eso permite que sus composiciones potencialicen el mensaje que quieren transmitir. Es muy fácil para Andy Leo manejar el escenario a su antojo. Su energía explosiva, gran carisma y la forma en que se desenvuelve al cantar, dan un extra enorme a la experiencia de verlos en vivo. Desde su salida, los fans enloquecieron y durante su presentación se armó el mosh varias veces y también, hubo ratos para sentir el feeling de los pasajes más relajados de sus rolas, como en The One You Feed que creó una atmosfera intensa que inspiró el canto sentimental a grito pelado de todos los asistentes. Zero —que por cierto, tiene un video ultra bueno que todos deberían topar en YouTube—, sencillo de su reciente material discográfico Retrograde, nos colocó en la cima y le inyectó más candela al asunto.
Aftermath es justo el tipo de rola que demuestra las aptitudes vocales de Andy Leo sin llegar al atasque total, Fear is Real con sus tintes eléctricos aunada al juego de iluminación, ofrecieron una experiencia visual digna de un buen viaje que complementaron perfecto con Initiation que fue de las más poderosas de su repertorio. Millenia fue coreada, aplaudida y seguro, será recordada como la píldora que alivió la ansiedad de los fans. Fallout anunciaba el final de esta función, sonó de maravilla y una vez más, se demostró la excelente calidad de audio que los ingenieros lograron pues la secuencia se escuchó claramente. Su best hit Machines fue la estocada final que nos dejó con ganas de más.
En resumen, este evento nos fulminó por completo: nos dejó en la lona. Todo fluyó, se desbordó muchísima energía y pasión tanto de los músicos de las tres bandas como de los fans, se situó en lo alto lo hecho en México y también, fue una gran demostración del post-hardcore más fino y bien hecho que ahora circula tanto en la escena nacional como en la industria musical norteamericana.