#CeremoniaEnDomingo o lo que el viento se llevó...
CDMX 6 abril 2017| articulo por Leslye Arredondo | fotos cortesia de Daniel Patlan | Edición por Diego Perez |
Ehécatl —díos mexica del viento— dio una muestra de su poder con ventarrones de hasta 80 km/h que sacudieron al Estado de México. Nada nuevo; Toluca se caracteriza por sus terribles extremos climáticos. Si no han ido al Centro Dinámico Pegaso, les cuento que no hay nada alrededor que pudiera amortiguar la furia de Ehécatl, así que fue a topar con las estructuras de los escenarios del esperado Ceremonia; una quinta edición que el viento se llevó y como en domingo de semana santa, resucitó al día siguiente.
Decepción, frustrados fans y calor insoportable se combinaron en las rejas de la entrada e hicieron que Darwin y sus teorías respecto a la evolución, se revolcaran en su tumba. Siglos de investigación científica, se esfumaron cuando los «millenials» se les pusieron al brinco a los de seguridad y a la mala, derribaron la reja y entraron como caballos desbocados. ¡Cómo si así fuera aparecer Björk mágicamente y salvara el día! Un verdadero desastre, de pena ajena.
Darwin tenía otra teoría: Selección Natural, misma que se comprobó al día siguiente tras el anuncio de que siempre si habría #CeremoniaEnDomingo. Siguiendo la premisa «La selección natural es la preservación de una ventaja funcional que permite a la especie competir mejor en su hábitat» trascurrió el festival. Hablemos pues, del «hábitat» del Ceremonia: en realidad nada espectacular pero si diverso y para todos los gustos de los asistentes. Los escenarios Corona y Vans estaban prácticamente pelones hablando de estructura. Las pantallas de ambos, estuvieron abajo todo el día hasta las presentaciones de Underworld y Björk.
El Camp Roswell tenía muchos más recursos visuales: pantalla con animación y gráficos, estructura interesante e íntima, buena iluminación y un excelente diseño muy retro que ambientaba los shows. Además, contaba con un domo que protegía del sol y producía un efecto sonoro increíble. De este concepto, —que fue el mejor logrado del Ceremonia—, debo destacar la participación de Virgil Abloh que además de ser influencia directa en músicos como Kanye West y la cabeza creativa de Off-White, una de las marcas luxury streetwear más importantes en la actualidad, fue un boom con su estilo acentuado por el rap y sonidos muy sólidos enfocados al ritmo y el éxtasis fiestero.
Los destacados del escenario Corona, a juzgar por la cantidad de gente y el buen ambiente que generaron con sus sets fueron What So Not —que le aventaron una cubetada de agua fría para refrescar los cuerpos con la sacudida de sus beats, super frescos y vanguardistas—, Rey Pila —quienes presentaron temas de su nuevo EP titulado Wall Of Goth que trae tintes electrosos y movidos— y el muy esperado Nicolas Jaar —en definitiva, una presentación poderosa y bien plantada, con recursos escénicos de iluminación y humo que cautivaron los pasos de los asistentes, mucho baile relax y un par de momentos explosivos, lo consolidaron como uno de los máximos exponentes del Ceremonia.
Del escenario Vans quienes realmente predieron desde temprano fueron los raperos mexicanos La Banda Bastön –presentando Luces Fantasma que es considerado como de los mejores materiales hip-hop en lo que va del año; rimas incisivas sin perder el flow buena onda que inspiran a mover el bote sabroso— y Snakehips –súper profesionales y prendidos, le dieron con todo y ofrecieron un set intenso, muy bailable y fluido.
Quién cerró el Camp Roswell de manera espectacular fue The Black Madonna. Esta Dj si sabe cómo armar una buena fiesta. Carisma, ritmos certeros que fueron desde la intensidad del electro hasta los clásicos disco con mezclas de beats muy interesantes, despojaron a todos del frío y ya entrados, hasta extendió su set un rato más. Valió mucho la pena su presentación y demostró que el escenario chico, fue el más grande de todo el Ceremonia, pues recalcó por qué se hacen este tipo de festivales sin necesidad de un speech: música increíble, creativa e innovadora.
De la función de Björk se puede decir mucho y poco, pero para no entrar en los mil detalles que la adornaron, la podría definir como sublime. Una experiencia visual preciosa, lleno total con expectativa al tope y músicos de nivel en la escena, hicieron magia en ese momento tan esperado por todos. Un mega viaje para algunos; confuso e incomprensible para otros. De cualquier manera, Björk demostró el gran espectro de posibilidades de su arte con mucha pasión que reflejó en la interpretación de sus obras, que serán clásicos a partir de este Ceremonia por toda la serie de acontecimientos que hubo alrededor de su llegada a México y la tensión particular que su nombre en sí lleva.
Underworld fue el mayor acierto del #Ceremonia17 si o si. Es irrefutable que los británicos fueron los depredadores de la cadena alimenticia con su espectacular show, que convirtió la pista del escenario Corona en un gran rave muy oldschool, sobre todo cuando Dark and Long —que todos ubicamos como la de Trainspotting. Creo que hasta ese momento de la noche, logré percibir que la actitud rara de la gente, se sacudía el sacón de onda del día anterior. Hubo entrega del público y la entereza del duo de británicos inyectó fuerza que a todos nos hacía falta para seguir bailando. Born Slippy fue la expresión más genuina que existió durante este #CeremoniaEnDomingo: como en toda gran fiesta, dejaste de sentir que no fuiste invitado porque te cambiaron el día, que te duelen los pies y el codo por todo el varo que desfalcaste y que el motivo por el que estás bailando en automático es precisamente el que se debió y se debe cuidar siempre en un festival tan grande; que haya shows de calidad, audio impresionante y entrega total de los asistentes.