Café Tacvba regala su disco en el Plaza
CDMX | 06 DE MAYO DEL 2017 | COBERTURA POR: JACQUELINE PONCE | FOTOS: JACQUELINE PONCE | EDICIÓN: DIEGO PÉREZ
“Tenemos un regalito para ustedes, muchachos. Les vamos a regalar el disco de Jei Beibi”, dice Rubén Albarrán al finalizar el concierto de Café Tacvba en el Plaza Condesa. Algunos corren a la salida para recoger su cd. Otros se quedan al frente del escenario para pedir a gritos un setlist o una plumilla de los tacubos. Hay quienes prefieren tomarse una selfie para el recuerdo.
Gente formada desde las 11 de la mañana afuera del Plaza. Se turnan para ir al baño y apartar los lugares. Vendedores ambulantes ofreciendo dulces, cigarros y playeras. Personal de seguridad pasa a revisar que los boletos sean de la fecha correcta. Un par de horas antes de que inicie el concierto, se les pide a los fans hacer una sola fila. Les ponen un sello en la mano y entran al lobby. De fondo se escucha el soundcheck de Café Tacvba. Algunas mujeres gritan.
Abren las puertas del Plaza. Las personas entran y las revisan. Corren para alcanzar los lugares más cercanos a la valla. Hay personal de seguridad que prohíbe correr. “Pa pa pa”, grita una chica desde la primera fila. El resto continúa “Eu euo”. “Oe, oe, oe, Café, Café…”, dicen los demás. Muchas luces por todos lados. La gente se pregunta qué espectáculo traerán.
Los músicos salen a escena. Arracan con “Futuro”. “Qué alegría compartir esta noche con todos ustedes. Es una noche que para nosotros es muy especial. El inicio de un ciclo para nosotros. Un ciclo que no sabemos por cuánto tiempo se va a alargar. Estamos bien agradecidos”, dice Rubén Albarrán. Le avientan un brassiere y una bandera de México al vocalista. No pudo faltar “Eres” a cargo de Meme.
Unos cuantos quieren las canciones viejitas. “El aparato”, “El padre” y “Desperté” los complacen. Meme, Quique, Joselo y Rubén sonríen a la gente. “Te quiero, abuelito”, le grita al vocalista un chico. Albarrán lo escucha y se ríe. La banda no pierde la oportunidad para cantar sus clásicos: “Las flores”, “Chica banda”, “Como te extraño, mi amor” y “Chilanga banda”. Los empujones están a todo lo que da. Gotas de sudor recorren las caras de las personas.
Alrededor de una hora con 15 minutos toca Café Tacvba. El staff cuelga una ballena blanca inflable y la elevan sobre las primeras filas del público. La mayoría se preguntaba para qué la ponían. Probablemente representa el trabajo que Rubén hace con Greenpeace en pro del cuidado del mar o quizá, una especie de manifestación a favor del cuidado de la tierra.
Meme sale para cantar “El mundo en que nací”, canción que habla sobre el amor para los hijos. Regresa la banda completa para interpretar “Volcán” y “Pájaros”. “Hazme un hijo”. “Meme, te amo”. “Arriba los tacubos”. “Cásate conmigo, Rubén”. “Eres el mejor, Joselo”. “Quique, regálame un hermano”. Gritan en el público.
Rubén sonríe a las chicas cuando canta “El baile y el salón”. Los que van en parejas, se besan. Los amigos se abrazan. Los solitarios brincan. Para donde quiera que voltees, la mayoría está grabando la canción. Aplauden y los músicos recorren cada parte del escenario para hacer una reverencia en forma de agradecimiento.
“Estuvo chingón”. “Me recordó mi época de secundaria y prepa”. “Vamos a verlos a la Arena Ciudad de México”. “Es verdad, no tocaron ‘Ingrata’. Era mi favorita”. “Con ‘Eres’ lloré hasta el alma”. “Valió la pena llegar temprano”. “También compré boleto para el otro concierto”. Comentan sus impresiones algunas personas.