Gran noche bohemia y metalera con Salvador y los Eones.

CDMX | 2 DE OCTUBRE DEL 2018 | ARTICULO & FOTOS POR: GUILLERMO TELLEZ | EDICIÓN: REBECA PÉREZ |

Las noches de la CDMX, a veces tan lúgubres en las zonas que creemos más inseguras, donde el rock circula por varios de sus lugares, pero también puedes ver algún hombre alcoholizado, con el corazón roto por alguna ingrata que se fue, todo esto se puede fusionar en un venue del centro histórico, por medio de una banda que le canta tanto al metalero más rudo, como al borracho que piensa en su amor fallido, ellos son Salvador y los Eones, presentaron su nueva producción Luxtenebra, la oscuridad sigue presente, y la tristeza de modo inspirativo continua, además de que esta bandota continua con el carácter contestatario y de conciencia social en algunos de sus temas, porque la vida no es solo amor y desamor, sino que es también un paraje complicado que debemos sortear, todo esto nos enseñan ellos con su música y con una presentación llena de teatralidad, nos dejan también algo oscuro en el corazón, pero que llevamos con gusto.

El rockson de madero, en el corazón del centro histórico, ese mismo centro de la ciudad protagonista de películas de la época dorada del cine mexicano, a los que bien pudieron hacerles un digno soundtrack Salvador y los Eones, llegamos a un lugar donde la cerveza corría, donde la gente esperaba impaciente por ver a una banda que ha hecho del bolero algo devastador, inician después de las diez de la noche, como si la oscuridad de su música no fuera suficiente, aparecen Salvador y sus Eones, que son como un comando que avasalla desde el inicio los oídos de la audiencia, Salvador aparece con una máscara metálica que nos puede recordar a algún personaje creado por la imaginación de Alejandro Dumas, toda una experiencia teatral del siglo XVIII, esa época donde la gente no tenía miedo de morir, ni de amar, inician con toda la potencia que sus instrumentos les dan y desde el principio pueden erizar la piel de los que los teníamos cerca, a través de la máscara se puede notar que Salvador está con la adrenalina a flor de piel y que la noche no solo puede ser muy dark, sino también épica.

Mientras Luxtenebra suena de fondo, comienza un pleito entre dos chicas, los hombres intervienen y una de las chicas involucradas se cubre detrás de un tipo tosco y con cara de pocos amigos, y pareciera que las rolas hacen un soundtrack para un momento decadente, que no debería ocurrir, el rock por muy oscuro no debe ser violento, en el escenario aparecen personajes de terror, muertos vivientes con jaulas en sus rostros, surgidos de la imaginación de un escritor y pintor tan lúgubre como talentoso como lo es Salvador Moreno, mención aparte merece Dave Olea el guitarrista principal que hace gritar a su instrumento como si su guitarra también pudiera tener el corazón roto y la furia que esto conlleva, un momento emotivo fue cuando interpretaron una de sus nuevas canciones, en la que denuncian la gran cantidad de feminicidios que hay en este país, hay dolores que no se superan, pero puedes luchar porque alguien más no lo viva, ellos lo expresan en ese tema, que hace que salgan algunas lágrimas, pero que también remueve la conciencia.

Las versiones de temas clásicos comienzan a aparecer "Cuatro Sirios", "La Copa Rota" temas coreados porque no lo neguemos, a todos nos han roto el corazón alguna vez, a todos nos ha llegado alguna canción de estas, la decepción forma parte de la vida y podemos inspirarnos y disfrutar de ella por medio del bolero gótico, de esta fusión que hace esta banda, que logran que un bolero te motive a hacer headbanging, que la vida sigue siendo igual de intensa que la manera en la que ellos tocan, pocos artistas lo logran y Salvador y los Eones son unos de ellos, en lo personal mi tema predilecto de ellos es "Amor Muerte", me genera recuerdos de mis vivencias por el rock, todas esas emociones mueve una banda como esta y en diez años que están celebrando han llegado no solo a mis recuerdos, sino a los de mucha gente que logra una identificación plena con su estilo, el concierto llega a su fin y todos abandonamos el lugar con una satisfacción de haber visto a una gran banda en acción, yo camino sobre el andador de Madero para buscar un taxi y en mi mente voy tarareando "Amor Muerte" y agradecido de haber vivido tal ritual del día de hoy "Y así me construí un puente para llegar a ti; así que construí con huesos y sangre este amor por ti; Mi amor y muerte".