Benjamín Lechuga + Anima Tempo: prog latino que se impone y destaca.
CDMX 17 de abril 2018| Reseña por Leslye Arredondo| Fotografías por Tania Velasco.
El guitarrista chileno, Benjamin Lechuga --elegido por el mismísimo Steve Vai como ganador su codiciada beca en el Institute of Contemporary Music Performance de Londres--, conoció a los Anima Tempo en Alemania el año pasado mientras realizaban su tour europeo. Son del mismo calibre, era inevitable el encuentro.
El 12 de abril compartieron el escenario del Gato Calavera. Outer Heaven, los púpilos e invitados de los Anima, se presentaron al inicio de la noche para abrir el toquín. Unas setenta personas se concentraron desde temprano para no perderse el show. Lo suyo suena bastante decente y tienen madera para colocarse en la escena en un futuro próximo con su power/progre en español muy similar a Saratoga o Warcry. Lo cierto es que aún no definen su estilo y se nota que trabajan duro para consolidarse como banda y proyectar lo que pueden aportar a estos géneros. Son muy arrojados y enérgicos, conectar con el público no fue problema y lograron convencernos de matear y aplaudir como locos, sobre todo en las últimas dos rolas de su set. Los Anima creen en su chamba y no es de dientes para afuera; saben que experimentar a un público exigente como el del progre es un reto difícil de superar y para muchos, pasaron la prueba.
En el inter, vimos correr a Gian Granados, vocalista de Anima Tempo de aquí para allá, saludando a la gente y verificando que todo estuviera en orden en el centro de operaciones de audio. Estos son los Anima siempre: músicos sencillos, ultra profesionales, meticulosos y serios a la hora de ejecutar. No traían bajista, por lo que incluyeron en sus secuencias la pista de bajo. En realidad, ese detalle no afectó en nada su actuación. Limpios hasta la médula, agradecidos de inicio a fin, muy concentrados en sus movimientos escénicos que contagian poder en ciertos puntos de sus rolas --que sí son progre nutrido de otros géneros como el death o el djent envueltos de growls y voz limpia impecable, con arreglos de synths melódicos atmosféricos--, bien plantados y buscando siempre el contacto con sus fans y amigos, interpretaron la mayoría de canciones del Caged in Memories, material tan celebrado y premiado que se está convirtiendo en un álbum referencial y un ejemplo sobresaliente de que lo hecho en México está bastante pro. El público pidió otra rola a todo pulmón y después del momento emotivo de la noche con Scarlet Angel, se reventaron Last Awakening para dejarnos calientitos y preparados para que las granadas de Lechuga nos explotaran en los timpanos y las neuronas.
En el cambio de set, Benjamin Lechuga felicitó a los Anima Tempo por su función y se notó el cariño y reconocimiento mutuos. Mientras Lechuga y sus músicos se preparaban, algunas personas abandonaron la pista del Gato Calavera. ¡Qué pena porque se perdieron de mucho!
Se tardaron lo justo en arrancar y se notó una diferencia tanto en volumen como en ecualización. En verdad, desde el primer riff tronó durísimo. Sabemos que son unos clavados y virtuosos. Su obra es radical y maravilla: sin dejar la esencia latina de lado, destaca la presencia de Marcos Sánchez (bajista de Delta y Plini) dándole vida al delicioso funk que se impone entre riffs veloces muy al estilo Lechuga que visitan el desde el jazz hasta el metal crudo aterrizados en la ritmica alucinante y precisa de Felipe Cortés (Delta). Los tres, interpretaron versiones del Introspection que es parte de la trilogía que Lechuga preparó con figuras como Derek Sherinian y Simon Grove. Así de imponente es el talento y trabajo del chileno. Durante su presentación mencionó que en México hay bandas de muy buen nivel que no se les da la importancia que merecen y se comprometió a potenciar esos proyectos. Hubo pocas pausas, parecía que el único objetivo de este ensamble era dejarnos con la boca abierto y afónicos de tanta gritadera. Disfrutaron muchísimo y en la energía que se vertía desde el escenario se podía sentir su alegría y entrega. Poco más de una hora de música y cátedra finalizó con abrazos y fotos entre los de Chile y su seguidores.
Una historia que empezó en Alemania y tuvo un primer capítulo en esta ciudad, se vivió intensa y trasmitió un mensaje claro: la hermandad que nace desde la música, el trabajo serio y la suma de talentos, rebasa fronteras territoriales, genera actos artísticos con propuestas valiosas e inspira a la creación innovadora de exquisita calidad.
#LeslyeArredondo
