Una tarde exquisita con Steven Wilson
CDMX 21 DE MAYO 2018| FOTOGRAFÍAS CORTESÍA DE GERMÁN GARCÍA| RESEÑA POR RAMSÉS ARREDONDO
La lluviosa tarde del domingo 20 de mayo, uno de los exponentes contemporáneos más fuertes del Rock Progresivo llevó al escenario por segunda vez consecutiva en la ciudad un show de suprema calidad. Entre escurrientes mechones y aún solidas esferas de granizo me inmiscuí en la fila de entrada para acceder, que con la incontrolable necesidad de cubrirse pareció perder su forma. Comentarios curiosos sobre las posibles diferencias del Setlist dieron lugar durante la siempre emocionante espera.
Puntual el ingeniero de audio y video respectivamente dieron inicio a una secuencia. Esta mostraba palabras tales como Truth, Fake, Death, Religion, Love, Happy, News con imágenes que tenían aparente relación con la palabra. Ejemplo en News de fondo aparecían paramédicos atendiendo un accidente. La secuencia se mostraba sobre lo que sería un elemento relevante en la experiencia visual del concierto. Se trataba de una malla blancuzca transparente, deslizable de un lado al otro del escenario colocada hasta adelante, con impresionante nitidez. Esta secuencia fue deformándose y acelerándose. Mezclando las mismas palabras e imágenes entre ellas para dar un nuevo contexto a cada una.
Acercándose el punto de más no poder, Steven Wilson y compañía salieron de las sombras al escenario, que aún se podía ver claramente tras la malla. Estalló en luces blancas. Dieron inicio a "To The Bone" a los decibeles máximos posibles. Con una claridad y nitidez remarcable cada elemento se escuchaba en su lugar. Seguido de "Pariah", donde se apreciaba un video de la desaparecida Ninet Tayeb cantando sus fragmentos, después en éste punto habían retirado la malla, pero aún no utilizaban la gran pantalla que había detrás del escenario. Y con buenas razones. La forma en que se desenvolvía el apartado visual no se sintió forzada, saturada. Sino natural y bastante fluída.
Wilson hizo una pequeña pausa para saludarnos, preguntar los asistentes del público de día anterior y para hacer la pequeña aclaración de que no tocaría "Trains" de Porcupine Tree. Explicando que lo decía por un grupo de fans que se la habían pasado pidiéndola todo el concierto. Sugiriendo que hoy, podrían descansar sus gargantas ya que no ocurriría. Porque es un artista. Y él evidentemente no estaba ahí para complacernos. Que, de hecho, no conocía a ninguna banda además de las de bar que cumplieran peticiones. Todo ésto con un obvio aire de burla y fanfarronería que volvió divertido el breve discurso. Tocando otro tema también dijo que cambiaría un poco el Setlist de ese día, dividido en dos secciones, incluyendo más material de su excelente álbum pasado "Hand.Cannot.Erase" para modificar un poco la experiencia a los que ya estuvieron ahí el día anterior, y de antemano se disculpó de no poner esa particular y favorita canción de cada uno, ya que con tanto repertorio se volvía difícil.
Dando así rienda suelta a una sección formada de ese álbum iniciando con "Home Invasion" pasando por mis personales favoritas "Routine", "Hand.Cannot.Erase", la magnífica y súper progresiva "Ancestral" interpretada de forma magistral, "Happy Returns" y "Ascendant Here On" para cerrar la primera parte de lo que ha sido una de las experiencias audiovisuales más increíbles de mi vida.
En cada momento se podía sentir la increíble cohesión entre los músicos en escena junto con la fantástica e inmersiva sincronización del apartado visual. Siempre habiendo un equilibrio perfecto entre las visualizaciones de videoclips y los efectos visuales proporcionados por la malla, creando en ocasiones efectos tridimensionales hermosos. Steven anunció el descanso y que volvería en menos de 15 minutos.
Encendieron las luces y el público agitado charlaba, iba al sanitario o se dirigía por cerveza. En éste punto me hicieron saber que la alarma sísmica estaba sonando, a lo cual respondí mirando fijamente los reflectores esperando su abrupto movimiento. Sin embargo, ésto no ocurrió. Y mi temor de la cancelación del evento cesó. Este momento lo aproveché para analizar la exigencia de los aparatos celulares en el concierto. Consideré entonces fue un acierto total. Era perfecto, el escenario y público se veían casi limpios, de no ser por las tremendamente molestas charolas con cerveza sobresaliendo de entre las húmedas cabezas de la audiencia. Vaya, eso ni Wilson puede controlarlo. Puntos menos para el recinto.
Steven y los suyos volvieron al escenario. Empezó diciendo que lo aceptáramos, nosotros estábamos ahí por el aire melancólico y depresivo de sus canciones. Que incluso el mismo escuchando su antiguo material se dice a si mismo "Mierda, ésto sí es deprimente" acto seguido todos reímos. Dijo la siguiente canción sería una de las más deprimentes, de las más hermosas, de sus preferidas también e inició "People Who Eat Darkness" que a decir verdad sí es oscura, pero fantástica. Siguiendo con "Don't Hate me" un clásico en su repertorio. Una breve pausa dio lugar de nuevo para hacer una introducción a lo que en sus palabras es: "mi aspiración de canción pop, aunque no todos estén de acuerdo, aunque no a todos les guste bailar, aunque no a todos les guste el pop. Pero, ¿a todos les gustan los beatles, cierto? la mejor banda de pop del mundo" sin más dio inicio a "Permanating" con una explosión muy bella de sonidos alegres y colores por doquier. Al menos la mitad de los asistentes en el recinto bailaron, convirtiéndolo en una fiesta.
Continuando con "Song Of I" donde es preciso hacer una mención honorífica a los increíbles visuales que tenían preparados para esa canción. En el ir y venir que era la malla, tocó volver a ponerla. Iniciando la canción el puro contorno en efecto neón de una chica bailando se vislumbraba entre las partes más bajas del escenario. Para ir cada vez creciendo y creciendo más hasta explotar en una división de ella y otras cinco chicas iguales. Todo en perfecta sincronización con el tempo de la cancion. Prosiguió con "Refuge", "Vermillioncore" y decidió cerrar la segunda parte de su set con "Sleep Together" de Porcupine Tree.
Se retiraron, la gente coreaba "Olé olé olé olé, Steven, Steven"y en breves instantes Steven salió, gritó cheers mientras bebía de un vaso rojo y procedía a tomar asiento en un banco junto con su guitarra electroacústica. Se disponía entonces a tocar el llamado "Encore". Preguntó si alguien conocía "Blackfield" y específicamente si alguien había comprado boletos para el pasado show que se canceló debido a la muerte de su padre. Su reacción fue de sorpresa al ver tantas manos arriba. Dedicó la siguiente canción a todos ellos e inició "Blackfield". Agradeciendo a todos su presencia, introdujo la próxima gran sorpresa, una canción que hace mucho no tocaban, y esperaban no estropearla. Así inició la hermosa e icónica "Harmony Korine" ruborizando a todos en el recinto.
A continuación el momento que se llevó toda la noche sucedió. Los característicos primeros acordes en piano de "The Raven That Refused To Sing" sonaron disparando los niveles dopamínicos de todos los presentes de inmediato. Siempre cantando, mateando, o aplaudiendo el público expresaba sus emociones durante éste fantástico, inmaculado y maravilloso concierto. ¡Gracias, Steven!