Muse arranca eufóricamente su gira por México en Monterrey
Ante 19 mil personas la banda británica llenó de ímpetu el Estadio Banorte con todos sus éxitos y un show de primera.
Éxitos como "Time is running", "Black Holes and Revelations", "The Resistance", "Starlight" y "Knights of Cydonia" fueron parte del setlist de Muse en Monterrey.
The Warning fue la banda encargada de abrir el show avivando el ambiente con su enérgico rock.
Envueltos en una energía inigualable y con una experiencia audiovisual que cautiva a todos a su paso, Muse dio el banderazo a su gira por México teniendo a Monterrey como ciudad del arranque e iluminando el Estadio Banorte con su ímpetu ante 19 mil personas.
Este miércoles 18 de enero miles de fans se dieron cita en el recinto para ser testigos del regreso de la banda británica portando sus respectivas playeras con su ya icónico símbolo. Además, entre el público se pudo ver a algunos entusiastas que hasta máscara portaron para vivir la experiencia como se debe.
The Warning fue la banda encargada de avivar el ambiente con su enérgico rock, para posteriormente ceder los micrófonos a los británicos en medio de los emocionados gritos de la audiencia.
De pronto, a las 21:15 horas, el murmullo del público cesó por un segundo al ver cómo las luces se apagaban, solo para tomar aire e inmediatamente volver a hacer estallar sus voces, esta vez con un alarido monumental.
"Will Of The People" , canción que le da nombre a la gira, fue la encargada de dar inicio a la noche. Matt Bellamy, Chris Wolstenholme y Dominic Howard salieron eufóricos portando máscaras que hicieron aún más épica la noche.
“Un aro de fuego con las iniciales del tour dejó boquiabiertos a los presentes”
Tras revelar sus rostros ante los regiomontanos, el poderío de Muse continuó haciendo retumbar las bocinas con éxitos como "Hysteria" y "Psycho", mientras la mirada del público los seguía de lado a lado incrédulos al ver la potente forma de iniciar el concierto con hits de gama alta.
Entre las muchas atracciones que Muse preparó para esta presentación, el aro de fuego con las iniciales del tour dejó boquiabiertos a los presentes mientras espléndidamente sincronizado dibujaba con brazas cada una de las letras en un espectáculo sensacional.
“Pressure” fue otro de los temas que desató los coros, para momentos después dar toda una sorpresa con "Won't Stand Down", pues fue en este momento en el que la cortina que sirvió de fondo cayó para revelar la imponente estructura un gigante a máscara tal como el que caracteriza a la banda, forrado de espejos en el rostro que hacían del espectáculo algo fabulosamente visual. A partir de ese momento, durante todo el concierto este gigante se encargó de atestiguar cada momento del show moviendo la cabeza de lado a lado.
Como si la energía ya presente no fuera suficiente, con una furia capaz de erizar la piel de cualquiera, Matt Bellamy destruyó su guitarra sobre el escenario como cual rockero en escena. En medio del ímpetu que esto último, el músico británico la lanzó al aire para continuar dando cátedra en esta enérgica noche.
“Compliance” fue la canción encargada de hacer caer la lluvia de serpentinas por todo el Estadio Banorte , ofreciendo una vista espectacular que podía ser disfrutada desde todas partes.
A lo largo del show la vehemencia del rock se avivaba con las llamaradas que Muse tenía preparadas en el escenario, desatando aún más la euforia con canciones como "Time is running", “Showbiz Origin of Symmetry Absolution”, “Black Holes and Revelations” , “La Resistencia”, “La 2da Ley”, entre muchas otras.
El ya tradicional lanzamiento de un peluche caracterizado ad hoc a la banda llegó durante el tema "Madness", y fue precisamente Matt quien lo tomó en brazos y lo hizo desfilar por toda la pasarela.
En medio de un mar de gritos emocionados, y después de casi dos horas de show, Muse se despidió de Monterrey con tres de sus temas más aclamados: "Uprising", "Starlight" y "Knights of Cydonia". El cierre, haciendo juego con toda su algarabía, se utilizó de forma espectacular entre luces, fuego y una energía inigualable.