Warcry Symphonic en el Metropolitan
CDMX 14 de noviembre 2017| Cobertura y reseña por Leslye Arredondo| Fotografías cortesía de Dilemma y Germán García.
La súper banda asturiana de power metal Warcry, se lució el pasado viernes en el Teatro Metropolitan. Con más de 50 músicos en escena y la sencillez escénica que caracteriza a la banda, la esencia de los españoles fue ataviada por el sonido de los instrumentos clásicos de la orquesta Esperanza Azteca, entusiastas jóvenes que entregaron su arte al género metalero, sumando con arreglos que erizaban la piel y provocaban gritos desde las entrañas.
El ambiente sacro que el Metropolitan impone se rompió desde la aparición del director de orquesta, quien muy al estilo rockstar, se apoderó del escenario dejando claro que no hay barreras de comunicación cuando es la música quien debe protagonizar un gran concierto. Los integrantes de Warcry mostraron sorpresa e impacto al ver el venue abarrotado, desbordado de adrenalina contagiosa. Iniciaron su poderoso recital con Alma de Conquistador. Hubo problemas de audio evidentes, no se logró una ecualización adecuada para apreciar la belleza de aquella unión de fuerzas musicales hasta Contra el Viento. A pesar de la incomodidad que provocaron los tronidos de las bocinas del lado derecho del escenario, los ánimos no bajaron en ningún momento. Creo que todos entendimos que es muy complejo el trabajo que realizan los ingenieros para ecualizar un evento de esta magnitud.
En la parte medular del show, un acertado combo –Aire, Coraje, Cobarde – nos colocó a todos en un estado de euforia total. Victor Garcia, cedió el micrófono en varias ocasiones, abrumado por el volumen de nuestras voces unidas, reventando hasta las fibras más íntimas de cada fraseo. Después, las sorpresas. El Amor de una Madre, un tema que no habían tocado en toda la gira, se hizo presente y con razones de peso, ya que los arreglos orquestales eran preciosos y la atmósfera se tornó sentimental. Capitan Lawrence sonó con madre, una rola esperadísima por todos los fans alivió la ansiedad del tímpano y para endulzar el fregadazo, Nana, bella pieza en la que Víctor demuestra las sólidas tablas que posee como cantante e interprete. El mismo feeling imprimió al cantar No te Abandonaré o La Vida en Un Beso.
Sabíamos que el final se acercaba, y la banda hizo lo suyo reconociendo el gran trabajo de la orquesta. Los jóvenes lanzaron sus partituras hacia arriba y el escenario tomó un aspecto festivo muy particular. Hoy Gano Yo, que podría ser considerado el himno de la banda que nos identifica a todos los que gustamos del metal en español, fue cantado con intensidad, pasión y orgullo. El coro de Tu Mismo, fue cantado durante la sesión de fotos finales de la banda y justo cuando creíamos que todo se había terminado, nos entregaron otra canción emblemática, ya sin orquesta y con una actitud diferente. Fue una celebración tremenda, auténtica, con entrega total. Una experiencia irrepetible que se agradece, se disfruta y exprime hasta el último aliento. Da gusto y felicidad que ya se aprecie la calidad de bandas como Warcry, se abran espacios así de importantes para recibirles y se demuestre que en México, si se toma en serio tanto al género como al importante trabajo musical de estos españoles, que trasciende y borra fronteras. ¡Qué gran noche y qué grande la colaboración artística entre México y España!