BUNBURY: DE MUTACIONES Y OTROS DELIRIOS.
Chicago, IL USA | Martes 05 de Julio, 2016 | Fotos por Víctor Rodríguez | Edición por: Diego Pérez | Cobertura por: Raúl Rodríguez & Víctor Garces
Fue hace ya un año cuando se anunció que Enrique Bunbury grabaría un unplugged. Una de esas famosísimas producciones de MTV en donde reconocidos exponentes de la música van versionando sus propias canciones. Estas producciones siempre han tenido la particularidad de alejar al artista de su zona de confort, exigiendo una redefinición de su propia propuesta. Y este mismo reto fue el que aceptó Enrique Bunbury al grabar en Septiembre del 2015 El Libro de Las Mutaciones. Disco desenchufado de 15 temas que abarcan toda su trayectoria musical. Esa sin duda es una de las maravillas de estas producciones. Le permite al artista hacer una entrega de aciertos, de emociones ya inventadas y probadas, a un público que amará lo que ya ama. Quizá por eso la presente gira de Bunbury ha sido todo un éxito, con teatros abarrotados desde su inicio en Córdoba, Argentina el pasado 31 de Marzo.
A Chicago el Mutaciones Tour llegó el pasado viernes 3 de Junio, después de recorrer gran parte de Latinoamérica. Chicago siempre ha celebrado con gran entusiasmo, aunque a veces sea un tanto ciego, el regreso a la ciudad del español más mexicano. Por lo tanto no fue sorpresa que los dos conciertos de Bunbury en Chicago hayan sido todo un éxito. Todo lo contrario. De hecho, desde su primer concierto como solista con la Gira Radical Sonora, por allá del 4 de abril del 98, en un poco convencional bar para el rocanrol, el legendario Joe’s Bar, su público siempre llega a la cita. En aquel entonces con la separación de Héroes del Silencio aún tan reciente, el público asistente le insistía (por no decir que le exigía) a Enrique que cantara aquellas canciones que hicieron de los Héroes del Silencio una de las míticas bandas del rocanrol en castellano. Sin embargo, Enrique deseoso de marcar su nueva carrera como solista, alejándose de los Héroes, era lo último que deseaba.
En aquél entonces, era complicado entender a Enrique. Pensar que nos negaba algo que tanto amábamos. Era cierto, Héroes también eran Juan Valdivia, Joaquín Cardiel, Pedro Andreu, Alan Bugoslavsky (para aquellos amantes de Avalancha). Pero Bunbury era la imagen que siempre recordábamos. Era la voz que escuchábamos al cantar sus canciones y era la que queríamos escuchar en los conciertos. Supongo que como público es fácil ser egoísta e imaginar que porque compramos el boleto para un concierto, la o las personas sobre el escenario nos deben complacer en todo. Hasta cierto punto es cierto, pero a veces olvidamos que estamos ahí no para exigir si no para aceptar y recibir un manojo de ideas, una visión de vida de la persona que nosotros mismos hemos puesto en el escenario.
Ahora, años después, imagino lo complicado que debió ser para Enrique alejarse de la sombra de una de las bandas más amadas y respetadas en el rocanrol en español. Era como alejarse de sí mismo; y lo hizo. Han pasado ya varios años y conciertos desde aquel primero: aquel de la gira Pequeño Cabaret Ambulante en el House of Blues, la gira Flamingos en el mismo recinto, el concierto del derrumbe emocional de la gira El Viaje a Ninguna Parte en el Metro. Que por cierto y como nota personal, Enrique: no estudié para mi final de Sociología que era al día siguiente por ir a tu concierto y te fuiste a medio concierto. Esa aún no te la perdono….
En fin, han sido muchos los conciertos de Enrique, incluyendo aquel junto con Héroes del Silencio en el 2007 que aún me provoca espasmos. Raramente, y a pesar de todo lo que ha hecho por crear una carrera alejada del fanatismo de Héroes, en cada una de las presentaciones he vistoa aquel mismo que se paró en el escenario junto con Cardiel, Valdivia, y Andreu. Supongo que no se puede aprender a caminar dos veces, quizá sólo aprendemos nuevos pasos. Pero algo particular ocurrió en este último concierto. Tal vez haya sido la magia de escuchar un repertorio no concentrado en un disco específico. Incluso incluyendo tantas canciones de Héroes del Silencio, (complaciendo así nuestra necedad obsesiva) que aunque codificadas un tanto distintas, llevan la huella infalible de la voz de Enrique.
Recuerdo que en Ahora - Detrás de las Cámaras del MTV Unplugged, Enrique explica su deseo de reintroducir canciones a nuevas generaciones, mutando mas no cambiando el corazón de la canción. Riesgo que sobrelleva valientemente ya que no es fácil pelear con leyendas, aún cuando esa leyenda eres tú mismo. Así, canciones como La chispa adecuada, El Camino del Exceso, Mar Adentro, y Sirena Varada, se convierten nuevamente en promesas de nuevas ilusiones, de insomnios melódicos, y de emociones a ojos cerrados.
No dudo que el intento de seducción de Enrique con nuevas generaciones culmine en más salas unidas por el eco de su voz. Pero más allá de un nuevo público, logró algo aún más complicado: la reconquista de aquellos que dudábamos de él. No negaré una alegría singular, un cierto orgullo al verlo nuevamente prendido de las canciones de Héroes del Silencio. Ver como no intentaba correr de sí mismo como en aquellos primeros conciertos en solitario. Más bien él ahora coreaba nuestra voz, aquella que nunca dejó de cantar. Sería mentira decir que el deseo de una nueva reunión de Héroes no se anida en nuestro subconsciente colectivo. Pero aún cuando sabemos lo improbable de esto; incluso cuando el mismo Enrique se limita a responder que “suena loco” pues es una decisión que depende de cuatro personas. Rechazando con un NO la idea inmediata. No podemos negar que lo anhelamos, que este Enrique nos ha hecho recordar y soñar con algo que imaginábamos imposible: verlo nuevamente vestido de Héroe.
Por ahora, Bunbury se prepara para la segunda parte de su Mutaciones Tour, que inicia el 8 de Julio en Barcelona y lo llevará por muchos rincones de España. En septiembre regresa a México para concretar uno de sus mayores logros: tres fechas en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. Sin duda, este amorío que ha mantenido con el pueblo azteca le concederá tres noches de entrega total, de pasión lírica, y de rocanrol puro. No logro imaginar qué más puede desear Bunbury de su carrera…y me alegro que sea así. A simple vista, lo ha logrado todo. Supongo que seguirá experimentando, buscando aquellas letras y aquella melodía que lo ilusione nuevamente con subirse al escenario. Nosotros por nuestra parte escucharemos esas canciones y seguramente seremos críticos; exigiendo de él siempre lo mejor. Es lo mínimo que podríamos hacer por Bunbury. Recordarle que no olvidamos que es un Héroe del Silencio, que fue capaz de inventar un disco de nombre Pequeño que aún nos quita el sueño, y que además es el Aragonés Errante que tantas veces nos ha guiado con su voz. Ya que al final, aunque no deseamos que cante siempre las mismas canciones, sí deseamos que nunca deje de cantar. Porque, así como él, hace mucho tiempo que perdimos nuestra apuesta por el rock and roll….
