Los Auténticos Decadentes: 30 años después y la banda sigue...
Chicago, IL USA | Domingo 21 de Agosto, 2016 | Edición por: Diego Pérez | Articulo por: Víctor Garces | Fotos extraídas de la pagina oficial de Los auténticos decadentes en Facebook |
El mundo rocanrolero está de fiesta. Frase que, aunque parece redundante, es justa y precisa para enmarcar que Los Auténticos Decadentes están cumpliendo 30 años de música. Si bien es cierto que en el subconsciente colectivo el rocanrol es sinónimo de emociones fuertes, de gritos, de saltos, y de energía desbordante, también es cierto que es un mundo exigente, cambiante y desequilibrante. Es difícil llegar a un escenario y más aún hacer que aquellas palabras que imaginaste al compás de alguna soledad, ahora sean coreadas por esos corazones que brincan frente al escenario y que ahora hacen latir el tuyo. Para los que sólo hemos visto el escenario desde abajo, es casi imposible imaginar semejante gloria. Tal vez eso mismo imaginaba aquel grupo de chicos del Colegio Nacional San Martín cuando el 13 de septiembre de 1986 se pararon por vez primera frente a un público para un festival escolar. Seguramente jamás imaginaron que, 30 años después, con 10 discos de estudio y el mismo sueño como bandera, se convertirían en la personificación del rocanrol (un término un tanto vago, pero necesario para armonizar el destello de ritmos, sabores y emociones que Los Auténticos Decadentes inventan sobre el escenario), y en una de las bandas de rock en castellano más celebradas y respetadas.
Sin embargo, fuera del mito del “rock star” dónde todo es glamour y excesos, me pregunto ¿Cuántos escenarios tuvieron que pisar para poder llegar al Luna Park este 19 y 20 de agosto? Nosotros, como público, sólo conocemos de alegrías sobre el escenario. De los pasos que han dado para llegar ahí, pocas veces nos preocupamos.
Los que amamos el rocanrol, sabemos que cumplir 30 años es una empresa casi imposible. Especialmente si se hace como ahora lo hacen Los Auténticos Decadentes: con la alineación básicamente original y con la misma pasión que los vio nacer. En lo personal, es quizá lo que más admiro de ellos: esa pasión con la que viven todo cuanto hacen, y que desborda en sus canciones cada que suben al escenario.
Talvez el ejemplo más cercano que recuerdo ocurrió durante su concierto más reciente en Chicago. Cabe mencionar que desde siempre he admirado a Los Auténticos (intentaré no ser un “groupie” más), pero fue en ese momento que comprobé que su grandeza no es sólo un buen trabajo de marketing.
Extrañamente, a pesar de sus 30 años de carrera, aquel miércoles 1ro de junio del 2016 marcaba tan sólo su segundo concierto en la ciudad. En esa ocasión no hubo entrevista previa, ya había tenido oportunidad de charlar con ellos en tres ocasiones: la primera en el LAMC, la segunda en una entrevista telefónica y la tercera en su primer concierto en esta misma ciudad. Pero esa noche, hace escasos meses, no habría preguntas, sólo fotografías y una voz muy ronca: la mía, coreando todas sus canciones. No era una noche más en Chicago, una ciudad acostumbrada a confundir la noche con el amanecer, ahora se preparaba para recibir a una de las bandas más queridas en el rocanrol en castellano. Sonaron las canciones que tenían que tocar, y se cantaron casi como himnos y plegarias. La entrega fue recíproca e incondicional entre el escenario y el público.
Fotos extraídas de la pagina oficial de Los auténticos decadentes en Facebook |
Fue en verdad un lindo concierto, sin embargo algo me molestaba. El lugar no se llenó. Es cierto que había más gente que hace un año en su primer concierto en ese mismo recinto (The Portage Theater), pero el lugar estaba a la mitad de su capacidad. Detalle que en ningún momento desalentó ni a los Auténticos ni al público presente. A decir verdad, a nadie parecía importarle. Al terminar los acordes de "Y la banda sigue", canción con la que cerraron el recital, todo era baile, emoción y entrega.
Como buen “groupie” no podía dejar pasar la oportunidad de saludarlos; así que con cámara en mano me dirigí a los camerinos. Al entrar, para mi grata sorpresa, Cucho y Nito me recibieron con un gran abrazo. Me sorprendió que me reconocieran con tanta facilidad. Me emocionó un poco, no lo negaré. De inmediato lancé mi felicitación y en cambió recibí la respuesta que menos esperaba.
–Viste, había más gente que hace un año, esto es como te dije, poco a poco.
Y así fue, eso mismo me había dicho Cucho en la entrevista previa a su primer concierto en Chicago. - Hay que conquistar al público, cada concierto llegará más gente. Esa fue su sentencia para la ciudad que desde siempre se les había escapado. Según ellos mismos contaron, desde el año 95 se les había presumido Chicago como una ciudad de mucho rocanrol. Por aquel entonces Thomas Cookman, manager de los Fabulosos Cadillacs y fundador de National Records, les insistía en incluir esta ciudad en sus giras. Sin embargo, por distintas y ahora confusas razones, esto nunca se dio y tardaron 20 años en aceptar el consejo.
La charla en camerinos continuó y recordaron cómo lo mismo había ocurrido en México, donde llegaron por vez primera en el 96 para tocar con Todos Tus Muertos en Tijuana. Fue raramente lindo verlos reír sobre la poca gente que los conocía en aquel entonces en México. Ahora las cosas son muy distintas, desde aquel debut en tierras Aztecas, el enamoramiento fue casi inmediato y se consumó con un disco en vivo en el Palacio de los Deportes para celebrar sus 25 años.
Aquella escena me pareció preciosa: un cuarto a media luz, con una banda recién bajada del escenario, contenta y alegre. Que a pesar de ser una de las bandas más celebradas de su género, estuvieran dispuestos a iniciar de cero nuevamente para conquistar y seducir a un público nuevo. Algo que me parece admirable, aplaudible y conmovedor.
Me despedí poco después, no sin antes solicitar una entrevista después del concierto en el Luna Park para celebrar su 30 aniversario. Pues bien, el Luna Park llegó. Después de dos llenos increíbles, aún los imagino empapados de emoción. Seguramente con la misma emoción con la que se presentaron aquel 13 de septiembre del 86. Así son los Decadentes, son pasión pura y alegría genuina. La noche del 19 y del 20 sonaron los clásicos: La Guitarra, Vení Raquel, Somos, Osito de Peluche de Taiwan, entre tantas otras. No me cabe la menor duda que fueron noches inolvidables. Así como siempre ocurre cuando ellos se suben al escenario. En estos 30 años han sabido conquistar a miles de voces, y en los próximos 30 conquistarán miles más. Gracias por esas noches de anarcotropipunkcumbiaskarock muchachos. Felicidades y que la banda siga tocando…