Cobertura Vive Latino 2017 °Sábado°
Lo que vimos, lo que oímos y lo que nos contaron.
CDMX 22 de marzo 2017| Reseña por Leslye Arredondo| Cobertura especial de Paty M. Fuentes, Jacqueline Ponce Y Ana Rodelo.
El pasado fin de semana, miles de personas nos reunimos para poner en alto las voces y los corazones. Un cúmulo de emociones repartidas en siete escenarios fue la esencia que hizo vibrar al festival. Gente de todos los estados, familias enteras que incluyeron hasta a los abuelos, fans de hueso colorado de los estelares y seguidores de las bandas emergentes, iban y venían sin parar a todas horas del día. No hubo un momento en que parara la actividad. Ni el sol, ni el cansancio, ni la borrachera vencieron los ánimos. Baile, gritos, cantos, energía al tope y buen ambiente se conjugaron con la música de las bandas latinas que tuvieron la enorme oportunidad de exponer su trabajo en los escenarios.
El trabajo de producción del Vive de este año fue inmenso: la imagen del festival, las estructuras escénicas, la buena calidad de audio en todos los escenarios, la logística impecable, la vendimia y las opciones de comida, la seguridad y el cuidado especial que se mostró a las personas con discapacidad y los niños, fueron la clave para que todo se desarrollara sin percances.
Ir al Vive es una experiencia tremenda. No hay manera de describir la energía de miles de personas que se acumulan hora tras hora para ver a sus bandas favoritas. Hay estímulos por todas partes, ¡ya no sabes para donde jalar! Es una buena ocasión para convivir con los amigos, rockear a gusto y preocuparte exclusivamente en divertirte.
Los músicos tienen razón al decir que «no hay escenario pequeño». Las bandas que por primera vez tocaron en el Vive Latino, se mostraron súper agradecidas y entregadas al público mexicano. Muestra de ello, fueron los colombianos de Doctor Krápula, quienes hicieron honor verdadero a la razón de este festival. Creo que muchos de los asistentes olvidan que este festival nació como una necesidad de reunir a los exponentes consolidados del rock latinoamericano y a bandas mexicanas como símbolo de identidad cultural. Si bien, un tema que nos concierne a todos es la serie de afectaciones que el gobierno de Trump ha provocado en America Latina y Doctor Krápula levantó la voz en contra de la actual posición política y social de Trump a su modo, con ritmos que invocan a la lucha y que ponen muy en claro la postura que todos deberíamos tener al respecto de esta situación tan lamentable. Aplaudo de pie a esta agrupación, pues no sólo son excelentes músicos, sino que su nivel de conciencia fue trasmitido de una forma brutal a la multitud desde el escenario Indio.
Es imposible para cualquiera recorrer todos los escenarios y disfrutar de todos los shows, se debe ser muy selectivo y también abierto para escuchar las nuevas propuestas. Lo que sucedió todo el tiempo en la Carpa Intolerante, donde cada vez que pasaba, veía a los más jóvenes hacer lo suyo y dejándose llevar por la pimienta añadida a la programación del cartel. Da gusto ver el apoyo de la gente a los músicos que se van abriendo camino en esta industria, que cada vez es más elitista y cerrada.
El plato fuerte del sábado en el escenario Indio Pilser fue Jarabe de Palo. ¡Vaya concierto! Con un Pau Donés bastante entero, reaparecieron después de dos años de inactividad por razones que todo el mundo sabe. ¿Por qué el cáncer no ataca a los que socialmente lo provocan? En su presentación, Pau Donés se mostró conmovido por el recibimiento de los fans, interpretó desde el corazón cada una de sus canciones y creó un ambiente épico, digno de un grande y de un sobreviviente. Fue la hora más emotiva de ese día, sin duda. La conexión entre la banda y el público jamás se perdió y entre lágrimas, romanceo y chelas la gente se entregó al cien.
De regreso y echando un vistazo entre la oscuridad, se notaba la ansiedad de los fans por ver a los Fabulosos Cadillacs. Al arribar a la pista del escenario Indio, me di cuenta de que los puestos del Chopo que se encontraban en el pasillo principal que conectaba a casi todos los escenarios, comenzaron a vaciarse. Las activaciones de los patrocinadores, eran solo un bonito fondo para la selfie entre amigos o los que se acababan de conocer, y aunque la rueda de la fortuna tenía pocos pasajeros, la iluminación intermitente era buena compañera de recorrido. El Parque se convirtió en una especie de sala de estar para aquellos que bebieron de más o para los que ya no aguantaban las ámpulas en los pies.
El show de Los Cadillacs tuvo una producción impresionante. Aunque para ellos esta presentación sea casi casi de rutina, vi un acto genuino que puso a todos a bailar y corear los clásicos que en su setlist no faltaron. Creo, que el último disco no tiene la misma tónica energética que los anteriores, sin embargo, los verdaderos fans si se prendieron con las rolas. No podía faltar, el también clásico desplante de Vicentico en el escenario, provocado por las fallas en sus tres micrófonos, asunto que a la multitud pareció valerle madre. Yo creo, que siendo un artista con décadas de experiencia escénica, el berrinche de rockstar ya es inadmisible. Había muchos recursos que pudo haber utilizado para zafarse de la frustración y no hacer una escena del error. Al cierre de su presentación, Vicentico optó por tocar una de las dos baterías que estaban montadas y pareció relajarse. Quién a mi gusto hizo un excelente trabajo, fue el SEÑOR BAJISTA —si, con mayúsculas— Flavio Cianciarulo. ¡Un verdadero crack de su instrumento! Con carisma y una actitud bella que se le desborda en cada nota, demostró lo que un verdadero músico debe hacer en un festival tan importante ante un público tanto fiel como exigente.
A la expectativa de lo que ocurriría el día siguiente, me contaron que Bronco abarrotó el escenario Indio Pilser y la rompió en serio. Don Lupe se aventó las tradicionales rolas que marcaron una época increíble en la música regional mexicana y de paso tuvo invitados como Carlos Sadness, La Moska, Los Caligaris, Kinky, Laberiso y Illya Kuryaki & the Valderramas. O sea, que no conformes con ser el platillo exótico del sábado, hicieron de las suyas innovando en su sonido en los duetos que presentaron.
Si bien ya no quedaban fuerzas ni energía para caminar a la puerta 5 del Foro Sol para salir, de alguna manera, la adrenalina presente en los cuerpos hechos trizas de todos los asistentes, sacó la casta. Es un verdadero caos salir de ahí, es cierto, por lo que muchos armaron los toques y muy en paz se dirigieron a sus destinos, ya sea en el servicio especial de trasporte que ofreció la producción del Vive o en taxis carísimos que cazaban clientes. Nosotras, aunque devastadas por el vaivén de la chamba, íbamos satisfechas de lo logrado y muy sorprendidas del nivel de convocatoria de este año. Lo que sí, es que fue una verdadera lastima no haber podido checar lo que traía Prophets of Rage a México pero estoy segura de que para los fans valió mucho la pena.