El regreso de Lacuna Coil
CDMX 22 marzo 2017 | Artículo por Leslye Arredondo | Fotografías por Rodrigo Olivares
Después de un trago amargo que no bajoneó a los fans, Lacuna Coil hizo su arribo en el Pabellón Cuervo de la CDMX la noche del 17 de marzo. Con un show exageradamente cuidado e impecable, los italianos presentaron su nuevo álbum Delirium, un trabajo un sonido muy lejano al estilo gótico que años atrás, consolidó su carrera como una de las bandas más importantes del género.
Con una entrada potente, Ultima Ratio activó al público, que parecía no sorprenderse con la potencia vocal de Andrea Ferro y esperó a explotar hasta la aparición de Cristina Scabbia. Con el primer riff de Spellbound la pista vibró y al llegar el coro, cientos de voces femeninas se alzaron para acompañar a Scabbia. De inmediato, Kill The Light provocó brincos y puños arriba. La emoción que inundó el recinto en ese momento era un tanto nostálgica; momento indicado para que la banda saludara a su público y presentara la canción mejor lograda de este nuevo disco Blood, Tears, Dust. La interpretación de Andrea fue excepcional; Cristina proyectó la intención de la rola con movimientos corporales acentuados y fluidos, pero quien comenzó a tomar protagonismo desde este momento fue su increíble baterista Ryan Folden. ¡Qué manera de tocar! De pie, con una energía vibrante y actitud poderosa, convirtió la trinchera de su instrumento, en su propio show. Canción tras canción, innovaba en sus movimientos, envolvía con su intensidad el escenario y refrescó el concepto serio y profundo que tensaba el ambiente.
El momento cumbre del concierto llegó con Trip The Darkness. Los italianos se echaron al público a la bolsa con un increíble combo que nos hizo experimentar distintos estados de ánimo; desde la tristeza depresiva de Downfall, que subió un escalón en la ejecución de Our Truth —otra de las más cantadas de la noche—, y disparó los sentidos con el cover de Depeche Mode Enjoy The Silence para culminar con Nothing Stands in Our Way y el obligado grito «we fear nothing» con el que todos acompañaron a Scabbia fue la manera perfecta de cerrar su presentación.
Delirium alivió a los fans, que aún tenían energía por desbordar. Heavens a Lie sorprendió bastante y aunque el final se asomaba, el público seguía prendido del hilo de la voz de Scabbia. Con agradecimiento y satisfacción evidente, Lacuna Coil se despidió de la CDMX con The House Of Shame, que a mi gusto, tenía la tónica perfecta para confirmar la rudeza de su nuevo estilo y dejar una impresión distinta a la de otros shows que recordábamos.