Love La Femme se rodea de sus fans

CDMX | 08 DE ABRIL DEL 2017 | COBERTURA POR: JACQUELINE PONCE | FOTOS: JACQUELINE PONCE 

“Están muy lejos. ¿Qué tal si se acercan al escenario?”, propone Marión a sus fans para comenzar con su cuarta canción. “¡Sí!”, gritan al mismo tiempo. Corren de inmediato frente a la banda. Hay ligeros empujones para llegar lo más cerca de Love La Femme. Muchos le echan ojitos al setlist y se emocionan por esta presentación en Casa del Lago.

Una hora de un retraso inexplicable ayuda a jalar más gente. Las personas que pasan enfrente del puesto de mercancía oficial, ven el logotipo de la banda y optan por quedarse un rato. Mientras dan las dos de la tarde, se sientan en el pasto bajo la sombra de algunos árboles. Otros apañan su lugar en las sillas para estar lo más cerca de Love La Femme.

En el escenario, una mujer vestida de negro lee sus poemas eróticos de literatura prehispánica. En su mano sujeta una sonaja que agita al terminar cada uno de sus textos mientras la gente aplaude y algunos sonríen. Otros parecen no muy entretenidos con el arte de la señora. Bostezan, revisan su celular, van al puesto de mercancía y se deciden entre un disco, una playera, un pin o una plumilla de guitarra. Hay quienes se compran un poco de todo.

Con cinco guitarras que le hacen compañía a la batería, los músicos de Love La Femme salen al escenario. Marión es la última en aparecer y sale con ligeros brinquitos para interpretar “Ruleta”. Con las sillas acomodadas de tal manera que desde cualquier punto se pudiera ver a la banda, algunos optan por ponerse de pie mientras que otros graban con el celular. Algunos se animan y se pasan hasta el frente del escenario para tomar unas cuantas fotografías.  

La banda agradece por irlos a ver y presentan “Lejos de aquí”. Con el ritmo de “Ave de paso”, Marión se desplaza de un lado a otro para cantar, interactúa con los músicos y le sonríe a Pablo. Mueve sus hombros y sus pies casi no tocan el suelo. Siente la música y lo demuestra con su baile.

Ya con el calor de la gente cercana al escenario, Marión y Pablo no dejan de sorprender con su energía. Él toca sus múltiples instrumentos, mientras que ella brinca, canta e interactúa con su público. La mayoría canta “Hoy me desperté” y siguen el ritmo con las palmas. Marión cruza se abraza y hace una reverencia como agradecimiento a quienes la escucharon.

Love La Femme sale del escenario. Le aplaude y gritan: “Otra, otra, otra”. No pasan ni dos minutos y la banda está de regreso para el encore. “Y despego” logra que muchos saquen los celulares para grabar. “¿Quieren que cantemos otra? Esta es la primera canción que tocamos juntos cuando nos conocimos Pablo y yo”, asegura Marión antes de interpretar “Love a boy”. Aplausos sin parar. Ambos agradecen.

Al terminar el concierto, sus fans esperan a los músicos para que les den un autógrafo. Su representante les pide hacer una fila cercana al punto de venta de la mercancía oficial. Todos corren para llegar primero mientras Marión y Pablo bajan del escenario, saludan a sus amigos y se dirigen para convivir con la gente.

En la mitad de una mesa con paño azul está a la venta la mercancía oficial de Love La Femme. En un par de sillas, Marión y Pablo se sientan para firmarles algo a sus fans y tomarse una foto con ellos.  Van desde adolescentes de 14 años hasta señoras con sus hijos pequeños. Los músicos los reconocen y los llaman por su nombre. Parejas que piden un autógrafo para los dos. “Y cuando se separen ¿quién se quedará el disco?”, pregunta Marión. “Lo estamos discutiendo”, asegura uno de ellos.

Una chica le pide que le autografíen su playera, pero está sucia. Amablemente, Marión pide que se la cambien por otra que sea de la misma talla y que esté limpia. Se preocupa por el servicio que le dan a sus fans. Unas ligeras gotas de agua caen sobre la mesa, ellos tapan los discos que firman y no se preocupan por mojarse.  

“Gracias por haber venido”. “¿Qué les pareció?”. “Ustedes fueron a vernos hasta Tlaxcala”. “Esperamos que les haya gustado”. “¡Qué bueno que vinieron!”. “A ti te conocimos en el metro”. “Tú has estado con nosotros desde que iniciamos”, platican Marión y Pablo con sus fans. Llevan más de una hora. Siguen firmando discos. Pareciera no importarles el tiempo transcurrido y sobre todo agradecen por haber esperado para disfrutar del concierto.