Therion confirma su popularidad en el Circo
CDMX 1 junio 2018 | Reseña por Leslye Arredondo | Fotografías cortesía de Dilemma y Germán García | Edicion: Rebeca Pérez |
Después de cuatro años de ausencia, Therion volvió al Circo Volador y se sintió como la primera vez. Nos tenían tan acostumbrados a venir a cada rato que este reencuentro ya se esperaba con impaciencia y fue tal la respuesta, que tuvieron casa llena desde el inicio del evento.
El estilo experimental / atmosférico de The Devil, acompañado de imágenes fuertes de crítica social y política, provocaron curiosidad y captaron la atención de la audiencia; Los integrantes de la banda traen la propuesta visual común: máscaras iguales, trajes iguales y misterio inexpresivo, musicalizando notas periodísticas.
La evolución de su show es pausada y hasta se antoja lenta para los fans de Therion, acostumbrados a ritmos mucho más acelerados que hacen explotar el cuerpo. No hubo peros, ni quejas, se escucharon aplausos ocasionales, que se otorgaron como a cualquier banda telonera.
Hubo cambio de set y llegó todo el crew de Therion al escenario, entraron poco a poco, pero la ovación para Johnsson fue brutal, Chiara Malvestiti y Linnea Vikström, quienes le inyectan a la banda gran parte de su sonido característico, también recibieron la bienvenida de sus fans entre gritos y brincos, así fue como iniciaron con Theme of Antichrist, por si se nos olvidaba que este concierto fue parte de una extensa gira de promoción de su último material Beloved Antichrist, una ópera rock con tendencia sinfónica y melódica de 46 temas... ahí no‘más; Lo que más agradecieron los más apegados a la época pesada de Therion, fue recibir más de aquellas épocas de apogeo incontenible de la banda.
La constante del show fue la intensidad al tope, liderada en la voz por Tomas Vikstorm, temas como Lemuria o Rise of Sodom and Gomorrah fueron detonantes clave que reventaron el Circo, buen audio con volumen poderoso, iluminación cálida y envolvente, entrega escénica absoluta y gran manejo de energía por parte de todos los integrantes, hicieron que el par de horas de su set se viviera ligero y a gusto.
A pesar de tener la estructura de un típico concierto de metal, la gente lo vivió distinto por el enorme apego que tienen con la banda desde que los suecos se ligaron a nuestras raíces mexicanas y compusieron la famosa Quetzalcóatl, la cual usaron para rematar la noche después de su himno To Mega Therion.
Siempre es un placer ser parte de un show de gran nivel, poder deleitar oídos y sentidos de lo que tanto nos gusta y recordar a través de la música, etapas, vivencias e inicios en esto del metal. El público no se resistió y se dejó ir de a pechito. Hubo lloradera, camaradería y nostalgia, pero también reconocimiento a la trayectoria enorme de Therion, que nos guste su nuevo disco o no, nos parezca pretencioso o mamón, van a seguir dándole caña a sus seguidores y acercando el género a muchos más.
