Saratoga hace volar al Circo.
CDMX, 21 de febrero, 2017| Reseña y fotografías por Leslye Arredondo.
Saratoga hizo su brillante aparición el sábado pasado en una de las casas más representativas de la escena metalera en México: el Circo Volador. No hay forma de llamarle escenario chico a la plataforma que los españoles engrandecieron minuto a minuto. Su tour «Morir en el Bien, Vivir en el Mal», —título de su más reciente producción discográfica— inició el pasado 15 de febrero en San Luis Potosí y contempló cuatro fechas más en nuestro país.
Para calentar motores, los queretanos de Albathroz hicieron lo suyo. La propuesta de imagen, la calidad de sus temas, ejecución impecable y letras que reflejan el sentimiento general de los mexicanos respecto a hechos históricos y sociales, hicieron que los asistentes elevaran puños y voces. Hay que hacer mención especial del manejo escénico de Rubén Bocanegra, vocalista de la banda, ¡qué profesionalismo y actitud! Bien por estos músicos; la antesala perfecta para lo que nos esperaba con Saratoga y sin lugar a dudas, dignos representantes del metal mexicano.
Entendía la desesperación de los presentes, el montaje del escenario para los españoles se nos hizo eterno. Lo que jamás voy a entender es el porqué de su comportamiento hostil. Entre rechifla y mentadas, el equipo de staff trabajaba velozmente para el arribo de los estelares. Al apagarse las luces y sonar el primer riff de Perseguido, la euforia se apoderó del público. Los integrantes, salieron llenos de energía y con una carga de poder indescriptible que trasmitieron sin pausas hasta la interpretación de Maldito Corazón, un éxito de la etapa pasada, que en la voz de Tete Novoa sonó espectacular. Después del saludo, No Sufriré Jamás Por Ti y Mi Venganza fueron el combo perfecto para hacer girar las matas y calentar el cuerpo a brincos. Con Morir en el Bien, Vivir en el Mal se echaron a todos a la bolsa: el ambiente crecía y al momento de los coros, los ánimos explotaban.
Vientos de Guerra con su endemoniado arreglo de ride en la batería, la demostración espectacular del registro vocal de Tete y los asombrosos licks de Tony Hernando, fue una de las cartas fuertes del show. Seguido del solo de Dani Pérez y el tema Heavy Metal, Saratoga dio muestra de cómo debe estructurarse un buen setlist, el público estaba entregado al máximo, listo para recibir Si Amaneciera, una de las más esperadas por los fans. Voces y encendedores al aire, hicieron este tema un momento épico. El Vals de la Rosa Herida confirmó la calidad interpretativa no tiene nada que ver con la velocidad o la complejidad; se trata de conexión, de feeling.
Para la etapa final de su presentación, Resurrección sació el hambre de slam de los headbangers mexicanos. La pista del lobby del Circo, retumbó al ritmo de esa energía tan característica, un lenguaje de identidad entre metaleros, una fuga de emociones que no se puede contener.
Para el encore, Lejos de ti sirvió de contención para las almas de los ya casi rendidos espectadores. Como el Viento esparció pólvora en el escenario, que amenazaba con encenderse y provocar un gran incendio orquestado. El fuego nos quemó las gargantas y prendió corazones al escuchar el intro de Perro Traidor, un tema tremendo, el favorito de muchos, nos tenía a todos colgando de sus hilos. Se armó otro slam donde se dejó ir la reserva que guardamos para el final; hubo magia, lo puedo asegurar, un fenómeno que he visto en pocas ocasiones y tuve la fortuna de experimentar.
La apuesta por el metal en español, por estrechar los buenos lazos que el género ha propiciado entre España y México es un gran acierto que Helados Producciones lleva fomentando durante años. Con una producción escénica de nivel, buena ecualización y calidad de sonido y una organización limpia, dejan muy claro que a través de las puertas que guardan grandes escenarios, existe apoyo al metal nacional, un deseo de proyectar lo nuestro y de demostrar a las bandas extranjeras, que el público mexicano es el más explosivo, hospitalario y entregado del mundo.